La diva australiana ofreció su concierto, al estilo Las Vegas, la noche del miércoles en el Poliedro. Unos 5 mil seguidores aplaudieron y corearon eufóricamente su nombre.
Con ella estuvieron 10 bailarines en el escenario, además de siete músicos. Se cambió ocho veces de vestuario e inició el espectáculo con la canción Speakerphone, del CD "X". La bandera de Venezuela se la colgó en los hombros.
Un espectacular concierto ofreció la cantante australiana al mejor estilo de Las Vegas.
Para muchos Kylie Minogue es un ícono del espectáculo irreverente o un símbolo sexy de la música pop. Sin embargo, mucha gente la conoció por su visita al país a propósito de su gira musical por Latinoamérica titulada X, nombre de su más reciente disco.
Lo cierto es que fue todo un privilegio que la diva australiana ofreciera un único concierto en Venezuela, este martes en el Poliedro de Caracas, donde cinco mil personas aplaudieron y corearon eufóricamente el nombre de la cantante.
Al finalizar se escucharon reacciones: “Impresionante, para mí el 50 por ciento lo hace la pantalla gigante del escenario”, dijo el diseñador Giovanni Scutaro. “Tremendo, las luces y el vestuario son lo mejor”, expresó el actor Pastor Oviedo.
Por su parte, Marco Sandoval, un fanático que vino desde México, ya que Kylie no incluyó al país azteca en el tour, refirió: “Por lo que sé de ella, este show estuvo más recatado y la tarima sencilla en comparación a otros. Uno de sus bailarines es un modelo gay italiano famosísimo. Sin embargo, valió la pena venir”.
Muchas caras conocidas asistieron. El actor Antonio Delli y la actriz Sonia Villamizar, así como los conductores del programa La Bomba de Televen, José Gregorio Araujo y Kerly Ruiz.
“Mañana no tendré quien me seque el cabello porque todas las peluquerías estarán cerradas”, dijo la animadora.
Kylie Minougue subió a 10 bailarines en el multicolor escenario, además de una banda de siete músicos. Se cambió ocho veces de vestuario e inició el show con la canción Speakerphone, del CD “X”. La bandera de Venezuela se la colgó en los hombros.
Cada tema fue una especie de fetiche con coreografías de marineros musculosos, jugadores de fútbol americano y bailarines clásicos. Hizo una maravillosa versión tropical de “Copacabana” y no podía faltar un número con plumas. A las dos horas Kylie se despidió. Caracas la adoró.
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